Página de Fernando Belottini |
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Tanto a mi hijo como a mí |
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nos gustan mucho las piedras |
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también a mi padre |
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sospechamos que guardan algo |
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en su memoria |
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y que han visto lo posible |
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desde la inmovilidad |
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y podrían contar |
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atractivas aventuras |
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Nadie nos dijo que así fuera |
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es un augurio genético |
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y lo vamos transmitiendo |
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cópula mediante |
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de generación en generación |
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Cuando mi hermano |
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venga a visitarnos |
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sé que saldrá a juntar piedras |
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y dirá ¿viste esta? ¿y esta? |
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y traerá las que supone |
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fueron árboles o raíces |
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o querrá encontrar incrustado |
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el resto fósil de un pez |
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o de un escarabajo |
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y se las llevará a su casa |
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más allá del peso y del color |
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o de que antes hayan sido |
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pez, vegetal o escarabajo |
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y por las noches |
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esperará en silencio |
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como los demás |
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que ellas le hablen. |
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